Corría el año 2000, y el dos
de julio de dicho año sucedió lo inesperado. En los comicios para la nueva
elección presidencial en México salió elegido como presidente Vicente Fox
Quesada, panista. El Partido Revolucionario Institucional (PRI) que desde su
creación en 1928, por el entonces presidente Plutarco Elías Calles y con otro
nombre (Partido Nacional Revolucionario, PNR), se había mantenido en el poder,
ahora era desplazado. Comenzaba una nueva época en México, un nuevo gobierno…
Doce años después, y con la
cola entre las patas, desprestigiado, el Partido Acción Nacional (PAN) salió de
la presidencia en los comicios del primero de julio del 2012. Del máximo poder
en México a tercer fuerza política por detrás del PRI y el Partido de la
Revolución Democrática (PRD). ¿Qué sucedió? Y más importante, ¿Qué le sucederá
al PAN?
“Se alejó el PAN como
partido y como gobierno se alejó de la gente”, comentó un abogado que laboró dentro de Los Pinos, residencia oficial del
presidente en turno, durante el último año del sexenio de Felipe Calderón,
presidente del 2006 al 2012. “Sus políticas nunca fueron enfocadas a algo que
fuese directo para el ciudadano, un beneficio directo, sustancial, en el
bolsillo. El PAN se enfocó mucho en el desarrollo macroeconómico”.
“El PAN demostró que aún era
posible más corrupción” dijo Alejandro López Bolaños, profesor de economía en
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Pero para poder comprender
un poco del accionar del PAN del 2000 a la fecha, es importante recordar sus
orígenes. De cómo nació de la mano de Gómez Morín, católico abogado mexicano y
cómo en la década de 1980 un nuevo grupo de militantes panistas le dio la
espalda a los principios ideológicos de su fundador por el principio pragmático
de obtener el poder a toda costa con el neopanismo.
Sobre
la historia blanquiazul.
Corría enero del año 1939.
El mundo estaba a un pie del abismo de la Segunda Guerra Mundial, que quizás
había comenzado dos años antes, con la guerra Sino-japonesa. En México,
mientras tanto, Lázaro Cárdenas era presidente y preparaba ya su sucesión, en
manos del general moderado, Manuel Ávila Camacho.
El gobierno de Cárdenas
entregó, entre otras cosas, un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)
entre 1934 y 1940 de aproximadamente 20 millones de pesos de 1970 (acorde a una
gráfica proporcionada en “Nueva historia
general de México” editado por El Colegio de México); entregó casi 18
millones de hectáreas entre 80,000 ejidatarios; redujo el analfabetismo de 77%
en 1921 a 58% en 1940; y por supuesto logró la expropiación petrolera y
ferrocarrilera.
La expropiación petrolera,
anunciada la noche del 18 de marzo de 1938, trajo consigo consecuencias
variadas. Entre otras, el rompimiento de relaciones diplomáticas entre Gran
Bretaña y México, el boicot hacia el petróleo mexicano por parte de las potencias
de las naciones aliadas y la eventual venta de petróleo a otras naciones como
Alemania, la Alemania nazi.
Fue en este contexto mundial
que en enero de 1939 el abogado Manuel Gómez Morín, junto con otros políticos
mexicanos como Adolfo Christlieb Ibarrola, fundaron el Partido Acción Nacional.
Gómez Morín, sobre su
partido decía lo siguiente: “Al postular la
primacía de la nación, el partido pretende que se afirmen los valores
esenciales de tradición, de economía y de cultura. Busca también inspirar la
ordenación jurídica y política de la nación en el reconocimiento de la persona
humana concreta, cabal, y de las estructuras sociales que garanticen
verdaderamente su vida y desarrollo.”
De igual
forma, los fundadores de Acción Nacional buscaron recalcar que su partido era
“una organización de todos aquellos que, sin prejuicios, resentimientos ni
apetitos personales, quieren hacer valer en la vida pública su convicción en
una causa clara, definida, coincidente con la naturaleza real de la Nación y conforme
con la dignidad de la persona humana”.
En 1940
apoyaron al candidato opositor de Ávila Camacho, el general Juan Andreu
Almazán. Era su primer acercamiento a la política y terminaría con Camacho en
la presidencia, Almazán en el extranjero y algunos simpatizantes del último,
muertos. En palabras de Soledad Loaeza, profesora e investigadora del Colmex, en su artículo “Las elecciones ya no son lo que eran”, el sexenio cardenista, que
se pregonaba de no tener presos políticos ni haber usado la represión durante
seis años, terminaba con la elección más sangrienta de la historia. El camino
del PAN hacia la presidencia en el 2000 sería largo; seis décadas de oposición
política.
Fue en 1947
cuando el PAN obtuvo su primer municipio. Fue el de Quiroga, Michoacán. Y no
fue sino hasta 1952 cuando postularon por primera vez a un candidato a la
presidencia, al político Efraín González Luna.
Desde su
fundación hasta la década de 1980, Acción Nacional fue un partido de oposición,
acostumbrado a ser el segundo lugar en las elecciones presidenciales. Prueba de
ello es que desde 1958, salvo la elección de 1976 que dio como único candidato
y eventual triunfador a José López Portillo y Pacheco, el PAN fue siempre el
segundo en las votaciones.
Pero en la
década mencionada ocurrió un cambio drástico en la política panista, comenta
Sergio Hernández Díaz, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán
(FES-A), egresado de sociología y con estudios
truncos de maestría en Historia de México.
Entró el
neopanismo. “En una militancia en la que se habían acostumbrado a estar en
segundo lugar, de pronto éstos llegan con un nuevo discurso que era “vamos a
alcanzar el poder”. Hoy nuestra lucha no es mantenernos en el proceso
electoral. Vamos a buscar alcanzar el poder”.
“El PAN se vino a
transformar cuando los empresarios se convirtieron en actores políticos”.
Entraron nuevas caras como Vicente Fox, Manuel
Clouthier, y orillaron a los panistas de viejo cuño y los dejaron fuera de los
grandes reflectores, afirma Hernández.
Fue este
grupo empresarial con su nuevo discurso y una visión más pragmática, en la que
imperó la búsqueda del poder a toda costa, el que llegó en el año 2000 a la
silla presidencial de manos de Vicente Fox, un hombre que, en palabras de
Hernández, carecía de capacidad para gobernar un país.
Aunado al cambio de
dirección que tomó el PAN, es menester considerar el declive que sufrió el
Revolucionario Institucional durante el mismo periodo de tiempo. Un partido
anquilosado en el poder al que el pueblo le demandaba alternancia tras tantos
años de presidencialismo, crisis, asesinatos políticos y demás golpes que
afectaron severamente la imagen del partido que perpetuaba la imagen de “la dictadura
perfecta”… Todo se conjuntó al inicio del nuevo milenio y de la mano del cambio
de siglo, entró Acción Nacional a las grandes ligas.
Doce
años de… ¿Cambio?
“Siempre pensé que no
estaban preparados para gobernar. Creo que efectivamente debió haberse dado la
alternancia, pero no creo que debió haber sido forzada, como siento que se dio”
comenta Hernández sobre los dos sexenios panistas, el primero del 2000 al 2006
bajo el mandato del guanajuatense Vicente Fox Quesada y el segundo bajo Felipe
Calderón Hinojosa, michoacano.
Sobre Vicente Fox, comenta Enrique
Ortega Córdova, catedrático del Colegio de Consultores en Imagen Pública (CCIP)
y con maestría en esta materia, que existían muchas expectativas, y que el
guanajuatense es recordado hoy en día porque no hizo muchos cambios. No todo
fue su culpa, también expresó, “la gente pusimos demasiadas esperanzas en él”. Sergio
Hernández dijo, por otra parte, que la falta de cuadros políticos llevó a que
las propuestas foxistas encontraran trabas.
Los aciertos de Fox en gran
medida son dentro del ámbito macroeconómico, como la estabilización de la
inflación o que el precio del dólar se mantuviera dentro de un parámetro
estable (durante los sexenios panistas el precio del dólar incrementó 31.3%, en
comparación con el disparo de 180% que sufrió el precio durante el sexenio
zedillista, acorde a una investigación publicada por CNN en Español titulada “PAN: 12 años de sexenios fallidos”).
Igual, durante el sexenio
del 2000 al 2006, la inversión extranjera alcanzó su máximo punto, con un
crecimiento del 11% con respecto al último periodo príista. Ésta dio un revés
durante el sexenio calderonista, durante el cual, la suma de la crisis económica
y la inseguridad producto de la guerra contra el narcotráfico, alejó a la
inversión.
Un punto final que merece
ser remarcado durante la gestión del que fuera gobernador de Guanajuato, fue su
reducción de la deuda externa. La logró reducir un 48%, aunque, de nuevo con
Calderón volvió a subir un 111%, acorde a los datos expuestos por CNN.
Pero en este sexenio que Fox
remarcó que sería un gobierno de empresarios para empresarios y por
empresarios, critica López Bolaños que todo fue una pantalla y, a pesar de
tener indicadores que podrían hablar bien de la economía –en el sentido
macroeconómico-, ésta, para el pueblo al que poco le importa que el dólar
cueste más o menos, en realidad fue mala. Al final, si en el bolsillo de la
gente no hay un beneficio, ¿Qué buen manejo de la economía puede haber?
El año 2006 fue decisivo en
las gestiones panistas. Por un lado, salía de la presidencia un Vicente Fox
desvirtuado, acompañado de su esposa Marta Sahagún que protagonizó de más
dentro de la política mexicana. Por el otro, es el año en el que el PRI tocó
fondo. En las elecciones presidenciales de ese año quedaron en tercer sitio,
con poco más del 20% de los votos y eso hace aún más impresionante el repunte que
tuvieron en sólo seis años; la voltereta que le dieron a la imagen que se tenía
de ellos.
También, y quizás más
importante, es necesario recordar el modo que Felipe Calderón llegó a la
presidencia. Por menos de un punto porcentual arriba de Andrés Manuel López
Obrador, candidato del PRD, y en medio de gritos de fraude. Como afirma Ortega,
no hubo un sólo día durante el sexenio calderonista, en que no hubiera un
monero, un periodista, o alguien en los medios de comunicación que no se
burlara de él. Fueron seis años en los que su imagen y la del PAN quedaron
hundidas.
Bajo el lema de que sería “el
presidente del empleo”, Felipe Calderón, expresó López Bolaños, no quiso
comprometerse a generar dinámicas internas de crecimiento. Comenta que al final
del sexenio había en México cerca de siete millones más de personas que
ingresaron a la población económicamente activa. Sólo se crearon dos millones
de empleos en el mismo lapso. Un déficit de cinco millones de empleos.
Sobre la crisis que inició
en 2008, Ortega puntualizó que fue muy bien manejada por Felipe Calderón pues
“no se metió”, no intentó salvar la economía de Europa o Estados Unidos y se
mantuvo al margen. Todo lo contrario a lo que afirmó López Bolaños quien indicó
que, “si bien las variables macroeconómicas se manejaron con relativa
prudencia, la crisis golpeó muy fuerte la economía mexicana y dejó muy en
evidencia su condición de país en periferia”. La deuda pública externa creció
un 9%, el desempleo se agudizó y el saqueo de recursos por parte de los bancos
como el BBVA de España para sanear las economías de sus países natales, de sus
matrices, son puntos que señala el economista como “pequeñas luces que te dicen
que no era tan cierto el manejo prudencial de la economía”.
El narcotráfico fue el meollo
del sexenio de Calderón. Fue esta lucha una política mal encausada, pues fuego
no se combate con fuego, como afirmó Hernández. Esta estrategia mal planteada
dejó como resultado más de sesenta mil muertos en seis años, miles de
desaparecidos y una sociedad mexicana al borde del colapso. “No me atrevo a
viajar por las carreteras mexicanas” confesó Hernández. “Me ofrecieron ir a
Torreón a dar una conferencia y la pensé dos veces y decidí declinar la oferta”
dijo López Bolaños.
Tanto el economista, el sociólogo
y el consultor de imagen coincidieron que el gobierno debió enfocar su
estrategia contra el narcotráfico en donde más les duele. “Pegarles a los
narcos en la lana” dijo Ortega, que además expresó que “el problema en México
es que las drogas empezaron a ser consumidas por mexicanos”, cuando antes había
sido un negocio hecho en México pero consumido en Estados Unidos, y pide que el
gobierno debería tener tolerancia cero para reducir el narcotráfico.
El resultado que México
obtuvo tras los dos sexenios panistas, explica López Bolaños, fue, entre otras
cosas, que el salario perdió 70% de su valor, la gente en situación de pobreza
incrementó a cincuenta y dos millones, cerca de la mitad de la población en
México, los precios de la canasta básica incrementaron considerablemente, como
el precio del huevo que llegó a subir 60% y quedó una sociedad dividida, que
debido a la inseguridad incluso tuvo que huir de sus poblaciones autóctonas o
armar –como hacen hoy en día- patrullas municipales.
A modo de resumen, tanto
Hernández como López afirman que del 2000 al 2012 no hubo un crecimiento
económico y pese a que el manejo macroeconómico fue bueno, el costo social fue
muy elevado. Y es el costo social el que, junto con muchos otros factores más,
ha llevado al PAN fuera de Los Pinos.
El
futuro del PAN.
Lo que más afecto a Acción
Nacional fue la falta de resultados, expresó Ortega, quien además agregó que la
falta de una estrategia por parte de Felipe Calderón y el pésimo manejo de
imagen pública que tuvieron al final de su periodo presidencial, desembocaron en
este mar de problemas en el que se ahoga el partido blanquiazul.
Ahora que el PRI está de
vuelta en el timón del país, es importante para los panistas rescatar y
aprender las estrategias que usó el Revolucionario Institucional para retomar
las riendas del poder en tan sólo dos periodos presidenciales, tiempo ínfimo en
el gobierno de un país, que incluso llevó a afirmar a López Bolaños que “hace
doce años nadie apostaba porque el PRI regresara al poder tan rápido, y hace
seis con el PRD a la cabeza, la imagen del PRI estaba más que por los suelos”.
-¿Qué acciones realizó el
PRI para recuperar su imagen y regresar al poder en sólo doce años?
-De entrada los primeros
seis años no supieron qué hacer. Se volvieron locos de poder, dijeron “bueno no
ganamos la presidencial pero seguimos teniendo gobiernos locales”. Lo que
hicieron y la fórmula que les funcionó a tal grado que la están repitiendo es
generar un muy buen candidato. Yo creo que Enrique Peña Nieto lo que tuvo
fueron seis años de campaña. […] Un cuate guapo, varonil, casado con una
actriz, importante, que además genera el efecto del sueño mexicano. […] Todo
eso fue diseñado para lograr su fin, que era la presidencia de México. Y si tú
lo ves ahorita con los gobiernos de distintas entidades, es lo mismo que está
pasando- comentó Ortega quien además mencionó que dentro del prototipo de
candidato que les ha funcionado, entra el gobernador de Jalisco, Aristóteles
Sandoval Díaz; el de Chiapas, Manuel Velasco Coello; e incluso el de Zacatecas,
Miguel Alonso Reyes. –Se dieron cuenta que la solución para salir del hoyo
estaba en el candidato. Pon un buen candidato y tienes ganadas las elecciones-
puntualizó.
-¿Cree que le funcionaría
dicha estrategia al PAN?
- Sí, por supuesto. De hecho
es de las grandes críticas que hemos hecho los consultores de imagen. Josefina
Vázquez Mota era una gran candidata pero con un terrible equipo. Hizo seis
cambios de imágenes.
Actualmente el PAN tiene una
severa crisis de identidad, punto en el que coinciden Hernández,
e incluso medios de comunicación como Sfera Política, sinembargo.mx o
columnistas como Leo Zuckermann, de Excélsior. Esta crisis desdibujó al partido
como institución, mencionó Gustavo Madero Muñoz, líder nacional del PAN en la
asamblea de su partido llevada a cabo a principios de marzo del 2013.
“El PAN debe reconsiderar el
rumbo, sin embargo para que pueda lograrlo, es necesario que haya unidad, y en
este momento es muy clara la lucha entre estas dos manifestaciones de panismo.
Por una parte del panismo tradicional con principios ideológicos y por otra
parte, todavía con mucha fuerza, este panismo pragmático en dónde todavía la
cabeza sigue siendo el ex mandatario del país. Creo que ellos deben
reconsiderar el rumbo, pero primero solucionar sus problemas internos”, afirmó
Hernández.
El catedrático del CCIP, considera que si el
panismo quiere volver a la presidencia y ganar las elecciones, debe retomar el
neopanismo, pero si quiere crear una cultura intelectual, un país consciente y
ser un partido de oposición, debe regresar a sus principios ideológicos, los
postulados por Gómez Morín.
Ortega, como consultor de
imagen, expresó tres puntos fundamentales que debería realizar el Partido
Acción Nacional para salir del hoyo en el que se encuentra.
“El primero y el más
inmediato: desarrollo de un manual de fundamentos actual”. Rehacer su misión,
visión y valores. La misión es el
hoy, la visión es ¿En dónde te ves en
diez años?, y valores es ¿Qué hace de
ti un partido diferente de los otros tantos que hay?, explicó.
“El segundo punto es:
analiza a tus líderes”. Afirma que lo que haría es buscar dentro de todo el
panismo a un líder, aunque sea odiado. Puntualizó que en las huestes del PAN,
hoy en día, no hay uno. Propuso que el líder que necesitaría el blanquiazul
debería ser uno al estilo Porfirio Díaz, de los de antaño de mano dura, que
además va muy de la mano con la ideología panista.
“Un tercer punto sería
analizar los estímulos dentro del tema de imagen pública”. Éstos son seis: la
imagen física, la profesional, la verbal y no verbal, la visual, la audiovisual
y la ambiental, con la posible anexión de la imagen digital, que ahora con
redes sociales como Facebook y Twitter, está más presente que nunca.
Deben analizar su imagen y
observar los pasos, las estrategias que legó el PRI en su retornó a la
presidencia. El PAN debe “hacer un análisis de imagen, y a partir de ese
análisis de imagen personal por todas las huestes del PAN, decidir quiénes son
los mejores candidatos por cada región”. También recomienda hacer una limpia
interna, para que haya gente que apoye las causas panistas y no gente que las
incrimine.
El Partido Acción Nacional, que desde 1939
hasta el 2000 fue la segunda fuerza política y acusó la corrupción inherente en
el gobierno, protagonizado por el PRI, se mimetizó cuando llegó al poder que
tanto había buscado, y adoptó las prácticas de antaño, e incluso dio cabida a
personajes del Revolucionario Institucional dentro de su partido, protegió la
cabeza de personajes inmiscuidos en la corrupción nacional como Elba Esther
Gordillo, quien fuera líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE) hasta su captura, hace menos de un mes. Sumado a toda la inoperancia del
aparato gubernamental panista les ha llevado a tener que plantearse un futuro
muy adverso, en el que hay una clara división y una lucha enfrascada por las
dos vertientes panistas que buscan el control del partido. Si no logran
enderezar la marcha, purgarse de la corrupción que los atañe y elegir los
valores que plantearán como suyos, Acción Nacional tiene a la vista un barranco
muy profundo, en verdad muy profundo.
“Si es el mismo PAN ojalá
que no regrese nunca. Si va a ser otro PAN diferente, podríamos tener el
beneficio duda. Pero si es el mismo, mejor que se quede dando clases en
Harvard”, aseveró López Bolaños.