martes, 10 de septiembre de 2013

Escándalo en la Casa Blanca.

Sigo pegado al asunto de Siria. Y ahora tomo como referencia el título de una película norteamericana que vi en la semana y que me parece adecuada comentarla acorde a lo que sucede ahora en el país árabe. Así que, gracias a Dustin Hoffman, Robert De Niro, Willie Nelson y Kirsten Dunst por hacerme reír un rato, pero al mismo tiempo, hacerme pensar horrores.

La trama, para aquellos que no la hayan visto (véanla si pueden), sin caer en un spoiler alert, o sea, contarles más de lo que debería, es la siguiente. El presidente norteamericano se ve inmiscuido en un escándalo mayor y para evitar su caída estrepitosa, un agente gubernamental, encargado en manejo de crisis, y un productor de Hollywood, crean una falsa guerra con un país desconocido para llamar la atención de los medios norteamericanos y así dejar de lado el escándalo presidencial. Quién, qué, cómo, cuándo y otras preguntas importantes (como ¿qué carajos tiene que ver en todo esto una adolescente Kirsten Dunst, o el cantante de country, Nelson?) se los dejo de tarea a ustedes.

Ahora, a lo que voy.  Leía en los pasados días una nota publicada por la agencia de noticias RT, en la que escribían, con base en la entrevista realizada por la estación de radio rusa Vesti FM al periodista sirio Abbas Dzhuma, que gran parte de las tomas mostradas en el mundo acerca de la guerra en Siria eran un montaje bien fabricado al estilo hollywoodense en un país árabe pro occidental, Qatar. Así como lo leen, muchas tomas de Damasco y Alepo, e incluso las que acaban de salir en las que se ve a muchos sirios en sufrimiento por un supuesto ataque químico fueron montadas en algún lugar del diminuto país árabe. O eso dice el periodista especializado en noticias internacionales.

 Esto no significa que no haya un conflicto en Siria, que quede claro. No es como que todo lo que estamos viendo a diario en la televisión o en internet es un gran montaje y los sirios se la viven de fiesta a diario y allá ni una mosca muere fuera de lo previsto. Las cosas en el país aún gobernado por Al Assad son graves.

Lo que sí podría ser cierto es que – retomo la película, que en ingles se llama “Wag the dog” – en busca de la aprobación general para iniciar una guerra en tierra árabe, la presidencia norteamericana, con el apoyo de muchas otras presidencias y/o empresas interesadas en el conflicto bélico, podría fácilmente falsificar tomas que justificasen la invasión. Ya sé que esto suena a la misma historia de que los estadunidenses derrumbaron sus propias torres gemelas, pero, cuando hay millones de dólares en juego, miles de vidas no valen nada. En la guerra eso queda claro.

“Los síntomas que muestran las víctimas del video no son los que provoca normalmente el gas tóxico sarín” comentó Dzhuma en la entrevista que mencioné. También explica que: “incluso dudo de que verdaderamente se filmaran en Siria”, pues recuerda que “el 80% de los videos que teóricamente se filman en Siria, en realidad se ruedan en “el Hollywood de Qatar”.

Están en la búsqueda incesante de la aprobación general para una invasión que tilda de violadora de los estatutos de la ONU. Y en su búsqueda frenética ya tienen la propaganda adecuada, los videos necesarios, las imágenes (que valen más que mil palabras) que muestran el horror de una Siria diezmada por Al Assad. O eso dicen. Y como buenos “occidentales” que somos, la mayor parte del tiempo sólo logramos escuchar su versión de la historia. Siempre escuchamos la explicación del poderoso, tanto que, hasta hoy, treinta y tres ya tomaron partido por los Estados Unidos y exigen que se castigue al régimen sirio por su crimen contra la humanidad.

Así que, ya sean Siria, los maestros, o las policías comunitarias, que sí tienen voz pero no poderosa, y por tanto no es escuchada, o ya sean los animales, el agua y la Tierra, que no tienen ni voz ni quien los pueda defender, siempre nos creemos la historia del que tiene el dinero para crear una película que defienda sus intereses; una filmación que justifique lo injustificable.


Hasta la próxima semana.

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