En
estos últimos días ha salido mucha tela que cortar en el asunto que involucra a
Arturo Pérez-Reverte, escritor, español, miembro de la RAE, ídolo personal (así
que disculparán la falta de ética profesional) y a un tal Antonio
González-Vigil, guionista y demandante.
El
señor González-Vigil acusó al cartaginés de haberle plagiado el guión de su
película “Corazones púrpura” y haberlo plasmado en otra de título “Gitano”, y
tras cuatro juicios (los primeros tres salieron a favor del miembro de la RAE),
el guionista logró que la Audiencia Provincial de Madrid afirmara que sí, había
plagio y por lo tanto Pérez-Reverte, periodista desde la década de los setenta,
con más de treinta libros publicados (ninguno acusado de plagio) y más de mil
artículos originales y publicados semanalmente en varios diarios españoles, es
–bajo todas las de la ley – un delincuente.
Ambos
filmes tratan sobre la historia de unos gitanos y, en palabras de
Pérez-Reverte: “Decir que hay
plagio porque en un guión aparecen gitanos, droga, música flamenca y venganzas
es como decir que en una del Oeste hay plagio porque salen un sheriff, bandidos, indios y una
chica del saloon".
Pero hay que considerar (y no “olvidar” como
hacen muchos medios y gente en Internet que se han dedicado a pagarle duro al
escritor y periodista) que la demanda de plagio no fue únicamente contra
Pérez-Reverte, sino también contra el director de la película “Gitano”, Manuel
Palacios, y que entre ambos ya saldaron desde noviembre del año pasado.
La deuda que pagaron por el plagio fue de poco
más de doscientos doce mil euros aunque originalmente era de ochenta mil, y
subió por “un recargo equivalente a los intereses devengados” desde que inició
el juicio, o sea, una buena lana inmersa en la encrucijada de retórica que hay
en las leyes de todos los países.
Dejo de lado que el guionista González-Vigil se
haya salido con la suya y tenga doscientos mil euros más a su cuenta bancaria,
quiero hacer hincapié en el punto del plagio:
Dos historias de gitanos, setenta y siete
similitudes encontradas por la Audiencia de Madrid (algunas importantes, otras
circunstanciales), y personajes e historias que encuentras –varían de película
a película – en casi todos los filmes: policía corrupta, un injusto
encarcelamiento, traiciones amorosas y venganza de familia. Menudo plagio el de
Pérez-Reverte… Digamos que también copió la historia de “Amores Perros” y
“Presunto culpable” (sí, aunque la película española saliera hace diez años),
etc…
Así
que, en conclusión, para no hacer esto eterno, si eres un escritor afamado,
traducido a una veintena de idiomas, con treinta libros publicados y una
carrera periodística reconocida a nivel mundial… Ah, y miembro de la RAE, es
muy posible que seas plagiador de una historia que contiene los mismos
elementos hollywoodescos que casi todos los guiones de películas de acción. No
importa que tres tribunales diferentes te hayan encontrado inocente, siempre el
cuarto puede ser el que te declare culpable y te deje difamado ante todo el
mundo, mientras que el demandante sonríe feliz y descarado, ya tiene dinero
para los tragos en el bar.
Hasta
la próxima semana.
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